La yogi californiana Julie Carmen comparte con bkbmoms como algunos de los principios yógicos pueden aplicarse en el juego con los niños

Cuando nuestros corazones se sienten alegres, las prácticas de yoga y meditación pueden ser a su vez entretenidas.  Las lecciones que aprendemos en este camino: ecuanimidad, foco, estabilidad, resistencia, perseverancia, unión, conexión y balance se traducen en el lenguaje y la práctica del juego y es posible llevarlos al momento del juego con los niños. Cuando ello es incorporado, podemos cultivar una experiencia de afinamiento: estando o poniendo en armonía; una sensación de ser “uno” con el otro ser. Cuando esa sincronización sucede a través del juego, crea una base sana para las relaciones interpersonales.

Nuestra resistencia a simplemente jugar con nuestros propios niños puede compararse con nuestra resistencia a estar presentes en el yoga. Escucho a personas decir que no les gusta el yoga y piensan que el “yoga es aburrido” y oigo de padres que dicen que “hacer que los camioncitos hagan ruuuuum y cambiarle la ropa a las muñecas no es comparable con ver un juego de los Heat.”

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