No sé ustedes pero contrario a lo que le sucede a mi marido no me da ni un poco de interés, ni siento la necesidad de sacarle los pañales a mi hija de dos años y medio. Realmente no encuentro la necesidad de forzarla, ni obligarla a que aprenda a ir al baño en su potty, pelela, orinal o bacinilla como quieran llamarlo. Si por mí fuera, que aprenda cuando quiera....creo que es algo innato en los niños como el aprender a gatear o caminar...lo van a aprender cuando estén listos sin mayor esfuerzo. Obviamente sin mayor esfuerzo por parte mío, lo cual puede sospecharse de que soy una vaga total o que ya que me da flojera/pereza y mejor ni intentarlo- ni que hablar de lidiar con este tema teniendo una beba de un mes en casa....
Si me veo forzada en todo caso es por las presiones externas, lo que opina mi madre, mi esposo que probablemente escucha lo que dice su madre, lo que opina el común de la gente y lo que uno lee por ahí. ..
Me encanta escudarme en escritoras que opinan como yo y es por eso que comparto con ustedes este párrafo del libro "La maternidad y el encuentro con la propia sombra" de Laura Gutman: "Las mamas lucharan contra los pis que se escapan, las bombachas y los calzoncillos mojados, las sábanas y colchones al sol, los pantalones por lavar, mientras acumulan rencor, hastío y mal humor en la medida que crean que sus hijos "deberían aprender" esta habilidad y que son capaces de llevarla a cabo a los dos años. En cambio, si dejamos a los niños en paz, después de los tres años, incluso cerca de los cuatro, (sin olvidar que cada niño es diferente) simplemente un día estará en condiciones de reconocer, retener, esperar, hacerse cargo de sus ganas de ir al baño, sin más trauma y sin más vueltas que lo que es: controlar con autonomía los esfínteres."

Bajo el mismo concepto la escritora habla de la necesidad de forzar a los niños a dejar el chupón, chupete o tete- como quieran llamarlo....La succión, al igual que el control de esfínteres permanece como instinto por bastante tiempo en el ser humano...reflexiona aclarando: " Desde el autoritarismo del adulto es posible quitar el chupete, al igual que los pañales, pero este acto no lo libera al niño de su necesidad aun inconclusa de succionar. Si cada etapa se vive plenamente, se termina plenamente y se evoluciona hacia otros intereses. De lo contrario, las necesidades no satisfechas se desplazan y luego no comprenderemos a que fallas corresponden."